Después de la visita a la residencia de
Lanškroun hemos vuelto a Ústi nad Orlicí para comer. Allí nos han llevado al restaurante CHAPLIN donde estamos citados con 7 profesoras para el almuerzo.
La excelente comida transcurre con una charla agradable y distendida intercambiando recíprocas sensaciones y aprendizajes.
Lanškroun hemos vuelto a Ústi nad Orlicí para comer. Allí nos han llevado al restaurante CHAPLIN donde estamos citados con 7 profesoras para el almuerzo.
La excelente comida transcurre con una charla agradable y distendida intercambiando recíprocas sensaciones y aprendizajes.
Lo curioso del tema es que ninguno de los asistentes bebíamos alcohol. La mayoría porque tenía que conducir (en Chequia el límite de alcohol al volante es cero). Pero pese a eso, cada vez estábamos más animados, la "exaltación de la amistad" que se produce en algunas fiestas cuando la gente empieza a beber se produjo aquí sin que nadie probara una gota de alcohol. Al final parecíamos un grupo de amigos de toda la vida.
Es curioso que cuando nos conocimos nos saludamos al estilo checo: un apretón de manos sobrio, distante, sin aspavientos ni gestos efusivos. Sin embargo, cuando nos despedimos, lo hicimos al estilo español: dos besos a cada una, gestos, apretones de mano y todo tipo de manifestaciones de amistad....
Han prometido visitarnos la próxima primavera... Será difícil que las podamos superar, pero habrá que intentarlo.....
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