Ayer llegamos tarde y cansados, con lo que NO nos hemos dado prisa en madrugar...
A las 9 de la mañana nos hemos ido a desayunar a un centro comercial que había junto al hotel. El sitio, un poco artificial, propio de un centro comercial, pero con mucho surtido y todo a la vista, lo que nos ha ayudado a elegir las cosas o a preguntar por sus ingredientes, solo señalando con el dedo...
Después de desayunar, nos hemos ido a la oficina de AVIS para recoger el coche, pero aprovechando para hacer turismo, paseando por la ciudad, flipandonos con las cosas que veíamos y sin prisa. La verdad es que tampoco teníamos prisa. La única obligación era llegar hoy a Ustí nad Órlici...
Partimos sobre las 13 horas en el VW Golf que nos han dado. Tiene buena pinta, aunque el maletero parece un poco justo.
El viaje ha sido lento debido a los límites de velocidad y a los numerosos y pequeños pueblos que hemos cruzado en nuestro camino. Esa es otra diferencia con España: hay respeto absoluto a los límites de velocida, en especial en la República Checa. Si la señal dice que hay que ir a cincuenta, todos frenan a esa velocidad, aunque sea una carretera estupenda y no haya peligro a la vista. En Polonía vimos señales de control de velocidad, en la República Checa no vimos ninguna, pero debe haber mucho control o mucha conciencia cidadana dado el esmero en el cumplimiento de las normas. Realmente asombroso.
Hicimos dos paradas, una de ellas para comer, casi a las tres de la tarde, lo que en Polonia es tarde o muy tarde... Después, se fue yendo el sol y fue refrescando, señalar el fuerte olor a humo en los pueblos que hemos cruzado, lo que indica la llegada de la época fría en la zona.
La carretera no es la mejor del mundo, a veces muy estrecha y con tres tramos en obras. De hecho, a veces parecía que el gps de google se había vuelto loco, hasta discurrimos unos 6 Km por una carretera estrecha de montaña...
Pero después de muchas peripecias llegamos a Usti a las 7 de la tarde. Allí nos esperaban, en el hotel, tres profesoras checas (nuestra anfitriona de Ústí nad Orlicí y dos de Trutnov que han venido a vernos aprovechando que hemos vuelto al país). Tras subir las maletas a la habitación cenamos todos juntos....
A las 9 de la mañana nos hemos ido a desayunar a un centro comercial que había junto al hotel. El sitio, un poco artificial, propio de un centro comercial, pero con mucho surtido y todo a la vista, lo que nos ha ayudado a elegir las cosas o a preguntar por sus ingredientes, solo señalando con el dedo...
Después de desayunar, nos hemos ido a la oficina de AVIS para recoger el coche, pero aprovechando para hacer turismo, paseando por la ciudad, flipandonos con las cosas que veíamos y sin prisa. La verdad es que tampoco teníamos prisa. La única obligación era llegar hoy a Ustí nad Órlici...
Partimos sobre las 13 horas en el VW Golf que nos han dado. Tiene buena pinta, aunque el maletero parece un poco justo.
El viaje ha sido lento debido a los límites de velocidad y a los numerosos y pequeños pueblos que hemos cruzado en nuestro camino. Esa es otra diferencia con España: hay respeto absoluto a los límites de velocida, en especial en la República Checa. Si la señal dice que hay que ir a cincuenta, todos frenan a esa velocidad, aunque sea una carretera estupenda y no haya peligro a la vista. En Polonía vimos señales de control de velocidad, en la República Checa no vimos ninguna, pero debe haber mucho control o mucha conciencia cidadana dado el esmero en el cumplimiento de las normas. Realmente asombroso.
Hicimos dos paradas, una de ellas para comer, casi a las tres de la tarde, lo que en Polonia es tarde o muy tarde... Después, se fue yendo el sol y fue refrescando, señalar el fuerte olor a humo en los pueblos que hemos cruzado, lo que indica la llegada de la época fría en la zona.
La carretera no es la mejor del mundo, a veces muy estrecha y con tres tramos en obras. De hecho, a veces parecía que el gps de google se había vuelto loco, hasta discurrimos unos 6 Km por una carretera estrecha de montaña...
Pero después de muchas peripecias llegamos a Usti a las 7 de la tarde. Allí nos esperaban, en el hotel, tres profesoras checas (nuestra anfitriona de Ústí nad Orlicí y dos de Trutnov que han venido a vernos aprovechando que hemos vuelto al país). Tras subir las maletas a la habitación cenamos todos juntos....
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