En este país poco importa que la conversación de anoche durara hasta tarde. Habíamos quedado a las 8 de la mañana para desayunar y allí estaban las dos compañeras de Trutnov (Milka Matejková y Lucie Prevlocka), puntuales como dos relojes suizos. Estaba lloviendo y la
temperatura era de 14º C.
Después nos hemos ido a la escuela. No estaba lejos y tampoco llovía casi, con lo que ha sido un paseíto. Después de la paliza de coche de ayer, mejor si hoy caminamos un poco. A las 9 menos unos minutos ya estábamos en la escuela.
Os ponemos la foto de la web porque es mejor que las que hemos hecho nosotros |
Lo primero que nos ha llamado la atención ha sido el nombre legal de la institución:Vyšší odborná škola a střední škola zdravotnická a sociální Ústí nad Orlicí (literal: Escuela de enseñanza secundaria superior especializada en salud y servicios sociales de Ústí nad Orlicí). Es difícil poner un nombre más exacto, pero hay que reconocer que estamos acostumbrados a nombres más cortos...
En la escuela nos estaba esperando la directora y otras profesoras. Nos han ofrecido café, zumo de frutas y un dulce típico. Era una recepción en toda regla, porque ellas tampoco conocían a las profesoras de Trutnov.
Estuvimos hablando sobre las tres escuelas, la FP de sanidad, los sistemas educativos, de España, de Chequia, el clima de Alicante.. en fin de todo un poco, a veces separábamos las conversaciones y mientras las checas hablaban entre ellas en checo, nosotros hablábamos con otras en inglés...
Lo dicho: las anfitrionas ejerciendo de anfitrionas y nosotros de invitados agradecidos...
También nos llamó la atención la mesa del despacho de la directora, donde nos recibieron, en la que junto a la mesa grande de la directora hay una mesa anexa que sirve para atender a varias personas a la vez, como era el caso. Es una forma de aunar en poco espacio un despacho de director y una sala de juntas.
A las 11 aproximadamente, nos llevaron a ver una clase de primeros auxilios para las auxiliares de enfermería.
Ojo, que aqui "ambulance" quiere decir urgencias. El decorado representa la entrada a un hospital por la puerta de urgencias. |
La clase, ha sido una clase de primeros auxilios normal y corriente, con movilizaciones de diversos tipos de pacientes, atendiendo a la patología. Sin embargo hay algunas cosas que nos han llamado la atención. La primera de ellas es la disciplina y el silencio de la clase. Los chavales son jóvenes, pero no por eso mal educados. Cuando habla la profesora o una compañera hay un silencio sepulcral que transmite sensación de acto académico solemne, aunque sea una clase práctica normal y corriente, que siempre se da más a que los estudiantes hablen o se comporten de manera más informal, al menos en España. Sinceramene nos ha dado un poco de envidia.
Otra cosa que nos ha llamado la atención es que los estudiantes NO llevan zapatos. Los zapatos se dejan en el aula, al entrar al centro, y van todo el día con sandalias o crocks y calcetines. El tema tiene explicación: en invierno vienen con botas o calzado de invierno, mojado y con restos de nieve o hielo. Ese calzado se retira lo antes posible y así se mantiene el suelo más limpio y en mejor estado. De paso es más cómodo ir con sandalias o crocks que con zapatones o botas, máxime si encima están mojados o helados.
También nos ha impresionado (como siempre que viajamos a Europa central), la limpieza tan absoluta que hay en el centro y la tranquilidad que se respira en el ambiente. No se trata de que limpien mucho o de que haya vigilantes, sino que la gente NO ensucia ni grita. Porque no lo hacen normalmente. Los chavales van por los pasillos con el mismo caos que en nuestro centro, pero sin gritar y sin que haya nada en los suelos. Nada. No hay papeles, no hay bolsas de gusanitos, no hay chicles pisados... No hay nada de nada. Impresionante. El edificio es un poco antiguo, pero con la pintura limpia, sin marcas de suela de zapato en las paredes y con los suelos impecables, da gusto estar ahí...
Después, nos fuimos a comer. Nos llevaron algo tarde para que ya se hubiera marchado la marabunta de estudiantes. Era un comedor compartido para TRES centros escolares, de formación profesional, de enseñanza secundaria y de primaria. La comida no estuvo mal: de primero una sopa (a los checos les encanta tomar sopa en la comida y en la cena) y de segundo un plato de cardo o de pollo con patatas o con puré... NO hay postre, porque allí no se estila. De beber agua o una bebida con sabor a fruta.
Pero lo que nos pareció asombros fue el precio: algo menos de 2€ por persona. Un precio la mar de razonable... Y eso que pagábamos de más por no ser profesores ni estudiantes de las escuelas....
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